Kim Hee-chul rompe el silencio sobre el lado oscuro del K-pop

 Captura de pantalla del canal de YouTube de Yoon Il-sang

La industria del K-pop ha exportado glamour, coreografías impecables y fandoms apasionados. Pero detrás del brillo de los escenarios existe una cara mucho más oscura. Kim Hee-chul, miembro de Super Junior, lo reveló sin filtros en el programa de YouTube de Yoon Il-sang, iLSang TV: años de persecución, acoso e invasiones que él mismo describe como experiencias perturbadoras.

"Perseguían mi coche y golpeaban las puertas"

El ídolo relató cómo los llamados sasaengs (seguidores que traspasan los límites de la admiración) lo acosaron durante años. "Ni siquiera los llamo fans. Solo sasaeng", dijo tajante. Hee-chul recordó cómo tomaban taxis para seguirlo a toda velocidad, llegando a arriesgar su seguridad. "Me detenía en un callejón, bajaba y golpeaba las puertas de sus coches para gritarles", contó.

Los taxistas eran parte del problema: no solo participaban en la persecución, sino que también cobraban tarifas abusivas a adolescentes extranjeros. "Se reían en mi cara, como si yo fuera el exagerado", añadió.

Invasiones de pesadilla

El acoso no se limitó a las calles. Según Kim, los sasaeng llegaron a irrumpir en los dormitorios de Super Junior cuando el grupo estaba fuera. Dejaban objetos personales (incluyendo toallas sanitarias usadas) y publicaban fotos en Internet para presumir de sus “hazañas”. Yoon Il-sang, el anfitrión, añadió que en la industria se escuchan relatos de acoso sexual directo: ídolos manoseados en bares o fans que cruzan límites físicos.

"Nos trataban como si fuéramos parte de una película de zombis"

El propio Hee-chul recordó cómo la histeria colectiva llegaba a lo absurdo: "Viajábamos en un autobús cubierto con nuestras fotos. Cuando me bajaba, la gente gritaba y corría como si fueran zombis". Ese frenesí, sumado a rumores sobre su supuesta “mala personalidad”, le dejó la reputación de ser distante. Hoy, él mismo reconoce que su carácter se endureció como mecanismo de defensa.



Un problema que sigue vigente

Aunque muchas de estas experiencias ocurrieron en los años de mayor auge de Super Junior, el debate sigue vivo. Con el K-pop convertido en fenómeno cultural mundial, los límites entre admiración y acoso se difuminan más rápido que nunca. Artistas de grupos recientes como BTS, NCT y Seventeen también han denunciado casos de sasaengs que rastrean vuelos, invaden espacios privados o incluso intentan robar ADN de los ídolos.

¿Qué protección tienen los ídolos?

En Corea del Sur, la ley castiga el acoso, pero los fans obsesivos se mueven en una zona gris: difícil de perseguir y fácil de repetir. Por eso, las revelaciones de Hee-chul reavivaron la indignación en redes sociales. Miles de fans piden mayor protección legal y castigos más severos para frenar un patrón que afecta a generaciones de artistas.

"Entiendo que adolescentes actúen así durante la pubertad", concluyó Hee-chul, "pero lo que nunca aceptaré es que adultos lo fomentaran. Esa fue la parte más aterradora".

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