Tras la tragedia aérea del Jeju Air, el accidente aéreo más mortífero de Corea del sur, con 181 pasajeros a bordo, se esconde la dolorosa historia de un cachorro que perdió a su familia. Tal como Hashiko, el icónico perrito japonés que murió esperando a su dueño en la estación de Shibuya en 1935, Pudding ha removido los corazones de sus vecinos y de todos los coreanos que han escuchado su historia, mientras el aún espera que regrese su familia del fatal vuelo.
Los dueños de Pudding, habían dejado al cachorro al cuidado de sus vecinos mientras disfrutaban de unas vacaciones en Bangkok para celebrar los 80 años del abuelo, el señor K. En el vuelo de regreso los Nueve miembros de la familia, residentes del pueblo de Gunnan - Myeon, provincia de Jeolla del Sur. Entre las 179 víctimas fallecidas se identificaron los restos de la totalidad de los miembros de la familia, el abuelo, la esposa de éste, su hija y nieta, los que vivían con Pudding, y el resto de la familia. Desde entonces, Pudding ha permanecido en la entrada de la casa familiar, emocionándose cada vez que pasa un autobús o un auto, como si esperara que su familia bajara para saludarlo. Los vecinos han intentado llevarlo a sus hogares para cuidarlo, pero el cachorro siempre escapa y regresa al lugar donde solía estar con su familia.
Los vecinos lograron alimentarlo después de una semana donde Pudding comió lo que pudo encontrar, y pudieron brindarle atención veterinaria. La viralización de su historia los ha puesto en contacto con una ONG de rescate de mascotas, que busca tenerlo para poder volver a darlo en adopción.
En un gesto simbólico y emotivo, Pudding fue llevado al quemador de incienso, sostenido en brazos por un activista, para rendir homenaje a su familia y a las demás víctimas del accidente. Durante la ceremonia conmemorativa organizada por la comunidad, se recordó con solemnidad a quienes perdieron la vida. Antes de que Pudding entre en el proceso oficial de adopción, el CEO Kim, de la ONG a cargo, explicó: "Pensé que era necesario saludar a los guardianes antes de que Pudding visitara un nuevo hogar".
La fidelidad y el amor de Pudding hacia su familia han conmovido a toda Corea del Sur, recordándonos el profundo vínculo que las mascotas pueden tener con sus dueños, un amor que, en este caso, parece trascender incluso la muerte.
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